El pasado 7 de septiembre tenía lugar en
varias ciudades brasileñas, como Río de Janeiro o Porto Alegre, un
desfile militar que, como cada año, recorría el centro de las grandes
metrópolis atentando una vez más contra la memoria de insurrección
colectiva que el capital y el Estado entierran entre mentiras y cultos,
dentro de una nueva demostración de fuerza y patriotismo en la que lxs
mismxs dirigentes que se jactan de democráticxs y hablan de justicia
mientras inundan de droga y maderos las favelas y disfrazan la miseria
con escaparates, luces de colores y grandes almacenes repletos de sueños
rotos, sacaban a la calle a sus mercenarixs para reprimir cualquier
iniciativa contestataria que pudiese estropearles el día.
La provocación fue contestada de manera
diversa por multitud de grupos de personas procedentes de distintos
frentes o sensibilidades de la guerra social que hay en curso contra
este mundo y su existente. Una de estas respuestas se manifestó en forma
de un bloque anarquista que avanzó hacia el lugar del desfile haciendo
pintadas y coreando consignas antipoliciales y contra el Estado, y una
vez llegaron a su destino, atacaron con contundencia a la policía y a
las brigadas militares que escoltaban el desfile, replegándose y
resistiendo las cargas de lxs antidisturbios mientras eran atacadas
sucursales bancarias y se repartían y volanteaban panfletos.
En un Brasil caldeado por las revueltas
contra la subida en los precios de los billetes del transporte público y
contra la incorporación de nuevas medidas de “austeridad”, el
ciudadanismo reformista y el pacifismo obediente pierden cada vez más
seguidores que encuentran en la auto-organización, la solidaridad y la
libre expresión de la rabia en la calle sus nuevas herramientas, sus
armas y su fuerza. Ya nada volverá a ser como antes.
Lo que sigue a continuación es una
crónica redactada por compas brasileñxs y que yo he recibido en el
correo electrónico del blog de la mano de un/a colaborador/a desconocidx
quien lo saca, a su vez, de la web anarquista Viva La Anarquía.
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En la ciudad de Porto Alegre, diversos grupos de
personas se reunieron en la Plaza Argentina, para luego bajar en
dirección a la avenida donde tenía lugar el desfile militar. Por el
camino, se realizaron pintadas en las paredes y se gritaron consignas.
De la memoria de pasados desfiles militares del 7
de septiembre, nada se compara con el contingente represivo de este
año. La Brigada Militar poco participó en el desfile, ya que
principalmente se estaba ocupando de la tarea de contener cualquier
posible revuelta. Por otra parte, la policía antimotines había colocado
unidades en diferentes accesos a la avenida del desfile, incluso fuerzas
de la caballería. La policía militar (PE) apareció con nuevos y
sofisticados equipos, ropa y accesorios antidisturbios. En el contexto
de la ampliación de las tecnologías represivas, se lanzó a la calle otra
herramienta de control: una patrulla de la Brigada Militar, equipada
con cámaras acopladas al techo del vehículo y computadores a bordo, que
sirve para la identificación de manifestantes. Presente estaba también
una manada de policías secretas, además de lxs militares a servicio en
la reserva, La imagen que querían dar era: Ni se acerquen.
Pero no funcionó y, como decía la pintada en la
calle: Ya no tenemos miedo. Lxs manifestantes consiguieron romper el
cerco policial e interrumpir el desfile. Tras los primeros
enfrentamientos, la gente volvió al centro, donde se quebraron dos
sucursales bancarias, una del banco Itau (patrocinador de la Copa del
Mundo) y otra del Banco de Brasil (por ser lo que es, un banco). Al
mismo tiempo, se escuchaba en tono alto: “La policía es violenta, el
Estado es violento, un vidrio no siente, entonces, no puede ser
violentado, ¡¡quebrémoslo todo!!”. Lxs insurgentes recibieron con
piedras y contenedores volcados al gran contingente policial de
anti-disturbios, caballería y tropa de choque que llegó para reprimir.
El bloque negro se dispersó, solo para reagruparse poco después y
trasladarse hasta el Parque da Redenção, regalando más insultos a los
militares, junto al monumento de los veteranos de guerra: ¡Todo patriota
es un idiota!
En uno de los panfletos arrojados durante la jormada se podía leer:
No nos equivocamos.
Tantos años de explotación, dominación y militarización de los seres.
Nuestra revuelta se levanta y apunta.
La masacre de los pueblos originários por parte del ejército militar.
El patriotismo como farsa de algo digno, aniquilando culturas.
No podemos olvidar tampoco la masacre de Haití o todo lo que
hacen las fuerzas del ejército brasileño para abrir el camino a lxs
empresarixs, como parte del plan de explotación de esas tierras y esxs
seres.
Porque tanto el ejército, como también la policía, están
para matar, reprimir y garantizar el privilegio de lxs ricxs y la
explotación de lxs pobres: la paz social.
Ni ejército, ni policía, ya sea civil o militar.
No olvidamos la sangre derramada.
Nuestra solidaridad no duerme.
Nuestra memoria está viva.
Al final del día las paredes rezaban, entre
otras, las siguientes consignas: “El desfile de sangre es muerte”,
“Sabotea al Estado”, “Si no ahora, ¿cuándo?”, “Milico y mierda es la
misma cosa”, “El ejercito brasileño es el asesino del pueblo haitiano”.
Mientras que el surgimiento de manifestaciones
combativas en contraposición al pacifismo ciudadano se multiplica, lxs
agentes de la represión no se quedan de brazos cruzados. El monitoreo
del Bloque Negro fue muy intenso, con gran cantidad de secretas (unos
llevaban hasta bandanas), totalmente descarados, con destacado trabajo
de fotografado y filme, para la identificación de “vándalxs
enmascaradxs”. Es necesario que todxs lxs involucradxs, sin miedos ni
paranoias, tengamos en cuenta el perfeccionamiento de la cultura de
seguridad.
La tensión que se desató el 7 de septiembre
afectó a casi todas las regiones de Brasil, sin dejar ilesa la fiesta
patriota. En Río de Janeiro, lxs insurrectxs se enfrentaron a las
fuerzas de orden arrojando piedras, petardos, tinta, levantando
barricadas y con destrozos varios, mientras que lo pacos usaron gases
lacrimógenos, pelotas de goma y bombas de efecto moral. Entre las
acciones directas que se realizaron hubo también la de cambiar el nombre
de la avenida Presidente Vargas, dándole el nombre de Amarildo de
Souza, obrero de la favela de Rosinha que lleva desaparecido 3 meses,
tras su secuestro a manos de los matones de las Unidades de Policía
Pacificadora (UPP).
A eso de las 9, durante el intento de bloquear el
desfile, los pacos lanzaron gases y pelotas de goma incluso hacia la
plataforma donde se sentaban lxs miserables ciudadanxs a la espera del
espectaculo militar, resultando así afectadxs niñxs llevadxs allí por
lxs patriotas. Se habla de 12 detenidxs y 6 heridxs, entre ellxs, un
niño con lesiones menores en la cabeza.
Entre tanto, siguen las asambleas de solidaridad
que buscan formas de apoyo a las personas detenidas, que ya son muchas.
Entre estas se encuentran también lxs 6 administradorxs de la página del
Facebook “Black Block Rio”, acusadxs de ser “líderes” del bloque negro.
Por otra parte, hay que decir que el 3 de septiembre la Asamblea
Legislativa de Río de Janeiro votó la ley de la capucha, según la cual
cualquiera que ande con la cara tapada en las manifestaciones puede ser
detenidx y sufrir consecuencias penales.
En la ciudad de Recife, la marcha ni había dado
los primeros pasos cuando las fuerzas represivas comenzaron a cargar
contra lxs manifestantes. Detenciones, pelotas de goma, bombas de efecto
moral, hasta conseguir la dispersión de la multitud. Durante la cacería
humana, se quebró un banco. El despliegue policial fue enorme: varias
patrullas y motos, tres escuadrones de antimotines, unidades del grupo
de operaciones especiales CORE, helicópteros y soldados del ejército en
las veredas. En seguida, lxs manifestantes se re-agruparon por fuera de
la comisaría de policía Santo Amargo, exigiendo la liberación de lxs
detenidxs. Hay una manifestación por la tarifa zero en los medios de
transporte convocada para el 18 de septiembre.
Solidaridad con lxs amotinadxs en Brasil significa golpear el negocio de la Copa del Mundo por todas partes.
EXTRAIDO DE https://vozcomoarma.noblogs.org/