La policía asesina a dos manifestantes en las protestas en Turquía.
Al menos 940 personas han sido detenidas en el transcurso de las más
de 90 manifestaciones que se han celebrado desde el viernes en distintas
ciudades de Turquía, sobre todo en Estambul y Ankara, mientras la
policía se ha retirado parcialmente de las calles ante la reiteración de
protestas, que se estaban transformando en un costo político demasiado
alto.
Según la declaración de testigos presenciales, dos manifestantes
fueron asesinados por la policía durante las manifestaciones en
Estambul, que fueron reprimidas con el acostumbrado exceso de violencia.
Del cerca del millar de personas detenidas, algunas de ellas ya han
sido liberadas, según el régimen. Además, al menos 80 personas
resultaron heridas durante los actos de protesta, que respondieron sin
dudar a la violencia policial, y que finalmente se transformaron en un
desafío contra el dictador Recep Tayyip Erdogan, desde la inicial
protesta contra unos planes inmobiliarios del régimen turco, famoso por
su corrupción.
En Estambul el objetivo de las protestas era salvar uno de los pocos
espacios verdes del centro de la ciudad de la especulación urbanística,
pero su desalojo en la madrugada del viernes desencadenó una batalla
campal con la policía que duró sin interrupción hasta la media tarde
local del sábado.
Barricadas levantadas en las arterias comerciales de la ciudad y el
lanzamiento de adoquines para repeler los chorros de agua a presión y
las grandes dosis de gases lacrimógenos, mantuvieron en vilo a la
población durante toda la noche, bajo el compás de las caceroladas en
numerosos barrios.
Piden la dimisión de Erdogan
Aunque el motivo inicial fue salvar el parque, donde algunas
activistas destruyeron dos vehículos policiales e incendiaron una caseta
que servía de garita a la policía, ahora los manifestantes piden la
dimisión del régimen dictatorial que recurre cada vez más a la violencia
policial.
Las pintadas que piden la dimisión del hombre fuerte turco, Recep
Tayyip Erdogan, se han multiplicado en el centro de Estambul y los
manifestantes coinciden en que no se trata ya del parque, sino de
impedir que el régimen actúe de forma dictatorial.
La confrontación con la policía activó a diversas capas de la
sociedad, entre ellos numerosos jóvenes y menos jóvenes, que llevan
tiempo protestando contra la política del régimen de reprimir a los
kurdos y participar en los planes imperiales de invadir Siria.
El violento desalojo del parque Gezi sólo ha sido la gota que ha
colmado el vaso de un largo descontento con el autoritarismo del régimen
de Erdogan, consideran muchos manifestantes.
Las protestas se han extendido a todo el país, sobre todo a la
capital, Ankara, donde se registraron el sábado nuevas marchas de miles
de personas que ocuparon la plaza de Kizilay, vetada desde hace 30 años a
las manifestaciones políticas.
La policía se retiró de la plaza Taksim en Estambul, lo que calmó los
ánimos en esa zona, aunque en otros barrios seguían los
enfrentamientos.
Persiste, sin embargo, la tensión, dado que en sus discursos de ayer
el dictador Erdogan había prometido continuar el proyecto de
reconstrucción de unos barracones otomanos que servirían de centro
comercial, lo que implicaría la destrucción al menos parcial del parque.
El hombre fuerte del régimen puso incluso en duda el valor de una
sentencia del juzgado administrativo de Estambul que ayer ordenó
paralizar las obras en el parque.
EXTRAIDO DE http://www.lahaine.org/index.php?p=69641
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