Por: Joshua Stephens
En la mañana que le siguió al 30 de junio cuando sacaron a Mohammed
Morsi, conecté con Mohammed Hassan Aazab mientras él intentaba mantener
cuatro casetas anarquistas en una de las sentadas (sit-ins) más grandes
de Cairo. Un poco después la milicia entró y destituyó a Morsi de su
puesto para cercar a los islamistas mientras cerraban medios de
comunicación que parecían ser parciales hacia la Hermandad Musulmana –
en algunos casos disparándole a miembros del partido mientras se
encontraban bajo arresto y al punto de masacrar un número de seguidores
durantes las oraciones del viernes. Islamistas han respondido con
bloqueos en las calles que dirigen hacia el aeropuerto y llevando a cabo
operaciones militares de baja intensidad dispersas por diferentes
partes del país.
Para los anarquistas y otros en Egipto a los que la memoria tiene el
deber de recordar el último periodo de orden militar luego de la salida
de Mubarak, el panorama que emerge es sumamente complejo: los islamistas
que creían haber sacado el 30 de junio están en retirada pero a manos
de una milicia que podría fácilmente poner en la mirilla otros
movimientos de base. Esto ha resultado en muchos exámenes introspectivos
así que el tiempo parecía adecuado para resumir mi conversación con
Aazab.
- Cuando la revolución del 25 de enero comenzó, ¿Había alguna presencia anarquista de la que estuvieses conciente?
No, estaba principalmente confinada a blogs y a Twitter.
- ¿Cuándo comenzaste a conectar con otros anarquistas?
En Tahrir durante las sentadas (sit-ins) antes de que cayera Mubarak.
- ¿Más allá de sacar a Mubarak, habían aspectos particulares de la revolución con los que sentías apego?
La organización auténtica en realidad no comenzó hasta luego de la
destitución de Mubarak. Comenzamos a reunirnos, a hablar con las
personas, a imprimir y escribir nuestras ideas y a organizar meetings
en cafés en el centro de la ciudad frente a quien estuviese allí.
Luego, en los conflictos de la calle Mohammed Mahmoud nos encontramos
peleando al lado el uno con el otro.
- Me imagino que fue una experiencia bastante traumática. Me pareció
espeluznante el sólo caminar al lado de los murales. ¿Esto transformó a
los anarquistas?
Claro. Luego de sacar a Mubarak, trabajar en las calles era
increíblemente difícil. Pasaban cosas horribles en Tahrir y nadie nos
creía. La gente creía en el ejercito y en los islamistas. Luego de
remover a Muabarak, este último año y medio, se podría decir que
estábamos luchando en contra de nuestra propia comunidad y para cuando
Morsi asumió su cargo estábamos descorazonados.
- ¿Fue por esta razón que me habías comentado que te habías dado por vencido con la política?
Sí, exactamente. Te diré algo a manera de ejemplo – en este punto, el
90% de los egipcios no creían que el ejercito disparaba con balas vivas
a las personas en Tahrir durante los encontronazos afuera de las
oficinas del Primer Ministro luego de Mohammed Mahmoud. Muchos de
nosotros estábamos ahí y cuatro de nuestros amigos murieron frente a
nosotros y las personas actúan como si estuviésemos mintiendo. Mierdas
como esa te destruyen.
- Y ahora estás básicamente atorado entre el ejercito y el Ikwhan.
Y el Viejo Régimen. Estamos en mierda profunda. No hay casi nada que hacer sólo reír.
- Parece que la milicia – en especial su liderato – favorecería el
viejo régimen. ¿Los generales controlan algo como 30% de la economía,
no?
Sí. Así es. El ejercito está en el centro de nuestros problemas
económicos. Y ahora hay menos probabilidades de hablar sobre esos
problemas que antes porque probablemente ahora mismo las personas ven el
ejercito como aquellos que previnieron una guerra civil. Así que están
más allá de cualquier reproche. Pueden hacer lo que quieran y nadie hará
alguna pregunta. Si alguien protesta lo tildan de traidor.
- Cuando hablábamos el otro día parecía que estabas luchando con tus
propios sentimientos en relación a las acciones del ejercito en contra
del Ikhwan. ¿Ahora, cómo te sientes al respecto?
Bueno, tengo dos sentimientos, ¿sabes? Si dejamos que el Ikham sea la
victima del ejercito hoy, nosotros seremos la víctima mañana. Por otro
lado, parte de mí siente que el Ikhwan se merece todo lo que le ha
pasado. Hasta el momento han estado jugando la carta de una guerra
civil. Así que es muy difícil organizar esto emocionalmente. Tengo miedo
de que mi odio hacia el Ikhwan me haga perder mi humanidad en el final.
No sentí nada cuando vi las fotos de los seguidores de la Hermandad
asesinados en la mezquita de Raba’a Adwyia el otro día. Recordé como los
islamistas habían encontrado excusas para que el ejercito nos matara en
Mohammed Mahmoud.
Al mismo tiempo, tengo miedo de que nunca veamos justicia sobre las
acciones del Ikhwan y nos arrepentimos de no haberlos eliminado por
completo. Tiraron a niños, por apoyar las protestas, por las ventanas de
edificios muy altos en Alexandria el otro día. Cuando fui allá la
última vez estábamos en las luchas en contra de los islamistas en el
“Puente 6 de octubre” aquí en Cairo – nos estaban disparando con
ametralladoras mientras nosotros solo teníamos fuegos artificiales y
molotovs. Cinco personas fueron asesinadas. Hay violencia en contra de
cristianos en el Alto Egipto y nadie en el gobierno interino o la
oposición – o tan sin quiera la comunidad internacional – está hablando
de ello. A los medios solo parece importarle lo que está ocurriendo en
las ciudades grandes. Los cristianos están muriendo y sus hogares están
siendo quemados. Hay que parar a los islamistas, son muy peligrosos en
al Alto Egipto.
- ¿Es posible algún tipo de defensa de los cristianos que no incluya el ejercito?
No, están dejando sus aldeas.
- Es interesante decir que estás preocupado de perder tu humanidad
por el odio hacia la hermandad – la idea de que el impulso a eliminarlos
te pueda hacer alguien que no quieres ser. ¿Crees que ese impulso puede
ser poco saludable para la sociedad egipcia – o cualquier sociedad en
un momento revolucionario – en la fundación de una nueva sociedad?
El problema clave es desconectar nuestra generación y las
generaciones más viejas. Las personas jóvenes tienen que estar presentes
en la revolución. No necesitamos más caras viejas. Como decimos en
Egipto, son cartas quemadas y no tenemos uso para ellas.
- ¿Cómo crees luciría eso? ¿Organizaciones estudiantiles? No pareces ser muy optimista en relación a las uniones…
Soy muy optimista con los movimientos estudiantiles. En los últimos
años ha habido un movimiento estudiantil enorme, especialmente en las
escuelas privadas. De hecho, la primera derrota de la Hermandad fue en
las universidades. No pudieron desafiar los movimientos revolucionarias
en ellas.
- ¿Sobre qué exactamente era su lucha?
En realidad, esto varía. Generalmente era alrededor de los derechos
de los estudiantes y la lucha por el manejo de las universidades;
usualmente con estudiantes de la Hermandad apoyando la administración.
Esto pasaba en todas las universidades y finalmente el movimiento
estudiantil ganó esas luchas aún cuando resultaba en violencia como pasó
en la Universidad Alemana en Cairo.
En la Universidad Ain Shams el movimiento era para combatir rufianes y
las fuerzas de seguridad en el campus. En la Universidad Internacional
Misr era por la seguridad en la calle principal luego que dos
estudiantes murieran. En Elshorouk era por el plan médico luego de un
estudiante muriera en la una clínica universitaria. En la Universidad
del Nilo fue por un edificio el cual el gobierno quería tomar por la
fuerza – algo que, de hecho, está pasando en muchas universidades.
- ¿Cómo un centro estudiantil?
No, eso desearía. Querían tomar edificios con salones. En realidad querían tomar espacios educativos.
- ¿Cómo afectaron las victorias a estos movimientos? ¿Los estudiantes están activos?
Sí, todavía lo están. Y ahora están comenzando a organizar una unión
del movimiento estudiantil por todo Egipto. Están trabajando fuerte con
muchas reuniones y actividades.
- ¿Cuáles son los mayores problemas a este punto?
Sacar de las cárceles a estudiantes que fueron arrestados tan atrás
como en la revolución del 25 enero, el derecho a dormitorios decentes en
las universidades y sacar la seguridad fuera de la vida política de la
universidad.
- ¿Salen radicalizados los estudiantes al terminar la universidad?
Depende del estudiante. Posiblemente sea imposible decir de un modo o del otro.
- Han pasado dos semanas desde el 30. ¿Cuál es la vista desde donde estás?
Bueno, como todos esperábamos, el viejo régimen ha comenzado a
acercar su cabeza nuevamente. La Hermandad pierde popularidad cada día.
No se ha formado ningún gobierno nuevo aunque no es claro lo que pasará
en este momento. Una vez se forme el gobierno sabremos dónde será
nuestra próxima lucha.
Joshua Stephens es un miembro de la junta del Instituto de Estudios
Anarquistas (Institute for Anarchist Studies) y ha estado activo en
movimientos anticapitalistas y de solidaridad internacional a través de
las últimas décadas. Ha pasado gran parte de los últimos dos años
cubriendo movimientos sociales desde Nueva York hasta Atenas, Cairo,
Palestina y México para Truthout, AlterNet, NOW Lebanon, Jadalyya, entre otros. Es el autor de Self and Determination: An Inward Look at Collective Liberation (2003, Ak Press).
Traducida por: Jorell A. Meléndez Badillo
EXTRAIDO DE ALASBARRICADAS
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