Desde el vientre del Leviatán
…los sueños son para realizarlos aquí en el presente y no en un
hipotético futuro, dado que el futuro siempre lo han vendido los curas
de cualquier religión o ideología para podernos robar impunemente.
Queremos un presente que valga la pena vivir y no sacrificar
simplementea la espera mesiánica de un futuro paraíso terrenal. Por eso,
quisimos hablar en concreto de una anarquía que realizar ahora, no
mañana. El “todo y ya” es una apuesta, un partido que nos jugamos, donde
lo que se pone en juego es nuestra vida, las vidas de todxs, nuestra
muerte, la muerte de todxs…
- Pierleone Mario Porcu
La ciencia es el eterno holocausto de la vida fugaz, efímera,
pero real, en el altar de las abstracciones eternas. Lo que predico es,
pues, la revuelta de la vida contra el gobierno de la ciencia.
- Mijaíl Bakunin
Mientras se pavoneaba como un dios en su propia fantasía, lo
dominaba una imbecilidad infantil. La técnica erguíase suprema, y, una
vez entronizada, encadenaba al intelecto que lo había elevado al poder.
- Edgar Allan Poe
El imperio fundado sobre la nada en el que el reino soberano está cayendo.
No consigue soportar el peso de la verdad.
Te recomiendo una fuerte dosis de vida.
¡Te recomiendo una fuerte dosis de vida!
Al menos así podrás decir de que la has vivido.
-Congegno
Bastardos… sé quién os manda
- Roberto Adinolfi
Una hermosa mañana de mayo, actué y, durante esas pocas horas,
disfruté al máximo de la vida. Por una vez, dejé atrás el miedo y las
autojustificaciones y desafié lo desconocido. En una Europa llena de
centrales nucleares, uno de los mayores responsables de la catástrofe
nuclear cayó a mis pies. Quiero ser muy claro: el núcleo Olga FAI/FRI
somos solo Nicola y yo. Nadie más participó, colaboró ni diseñó la
acción; nadie sabía de nuestro proyecto. No permitiré que mi actuar,
para desviar la atención del verdadero objetivo de la acción, lo metan
en un obsceno y absurdo saco massmediático y jurídico hecho de
“subversión del orden democrático”, “asociación subversiva”, “banda
armada”, “terrorismo”; frases vacías en boca de jueces y periodistas.
Soy anarquista antiorganización porque estoy en contra de toda forma
de autoridad y constricción organizativa. Soy nihilista porque vivo mi
anarquía hoy y no a la espera de una revolución que, aunque llegue,
creará sólo una nueva autoridad, una nueva tecnología, una nueva
civilización. Vivo mi anarquía con naturalidad, alegría, placer, sin
ningún espíritu de martirio, oponiendo todo mi ser a este existente
civilizado, para mí, insoportable. Soy antisocial porque estoy
convencido de que la sociedad solo existe bajo el signo de la división
entre dominantes y dominados. No aspiro a ninguna alquimia socialista
futura y “paradisiaca”, no pongo mi confianza en ninguna clase social;
mi revuelta sin revolución es individual, existencial, total, absoluta,
armada. En mí, no hay rastro alguno de superhombre, ningún desprecio por
los oprimidos, por el “pueblo”, convencido de que, como dice un dicho
oriental: “no hay que despreciar la serpiente porque no tiene cuernos,
¡un día se podría transformar en un dragón!”. De la misma forma, un
esclavo puede transformarse en un rebelde, un solo hombre, una sola
mujer, convertirse en un incendio devastador. Con todas mis fuerzas,
desprecio a los poderosos de la tierra, ya sean políticos, científicos,
tecnócratas, jefes, líderes de cualquier tendencia, burócratas, jefes
militares y religiosos. El orden que quiero abatir es el de la
civilización que, día a día, destruye todo por lo que vale la pena
vivir. Estado, democracia, clases sociales, ideologías, religiones,
policía, ejércitos, vuestro propio tribunal son sombras, quimeras,
engranajes, todos reemplazables, de un mega máquina que todo lo abarca.
Un día, la tecnología se deshará de nosotrxs transformándonos a todxs en
autómatas perdidxs en un panorama de muerte y desolación. Ese 7 de mayo
de 2012, por un momento, eché arena en el engranaje de esta mega
máquina, por un momento, viví plenamente marcando la diferencia. Ese día
no era una vieja Tokaref mi mejor arma, sino el odio profundo, feroz
que siento contra la sociedad tecno -industrial.
Firmé la acción como FAI/FRI porque estoy enamorado de esta lúcida
“locura” convertida en poesía concreta, a veces brisa, a veces tormenta,
que sopla caótica por medio mundo, sin inmutarse, improbable, contra
toda ley, contra todo “buena sentido “, contra toda ideología, contra
toda política, contra la ciencia y la civilización, contra toda
autoridad, organización y jerarquía. Una visión concreta de la anarquía
que no contempla teóricos, dirigentes, líderes, mandos, soldados,
héroes, mártires, organigramas, militantes y, mucho menos, espectadores.
Durante años, he visto la evolución de esta nueva anarquía quedándome,
de hecho, sólo como espectador. Durante demasiado tiempo, me he quedado
mirando. La anarquía, si no se hace acción, rechaza la vida
convirtiéndose en ideología, mierda o poco más, en el mejor de los
casos, desahogo impotente para hombres y mujeres frustradxs.
Decididos a pasar a la acción después de la catástrofe nuclear de
Fukushima. Frente a hechos tan grandes como frecuentes, nos sentimos
inadecuados. El hombre primitivo se enfrentaba a los peligros, sabía
cómo defenderse. El hombre moderno, civilizado, ante las
construcciones-constricciones de la tecnología está indefenso. Como
ovejas que buscan protección en el pastor que las matará, así, nosotrxs
civilizadxs nos confiamos a los sacerdotes laicos de la ciencia, los
mismos que lentamente nos cavan la tumba. A Adinolfi, lo hemos visto
sonreír con sorna en las pantallas de televisión haciéndose pasar por
víctima. Lo hemos vimos dar lecciones contra el “terrorismo” en
escuelas. Pero yo me pregunto, ¿qué es terrorismo? Un disparo efectuado,
un dolor intenso, una herida abierta o la amenaza incesante, continua,
de una muerte lenta que te devora por dentro. El terror continuo,
incesante, a que una de sus centrales nucleares nos vomite encima, de un
momento a otro, muerte y desolación. Ansaldo Nucleare y Finmeccanica
tienen enormes responsabilidades. Sus proyectos continúan sembrando
muerte en todas partes, últimamente, se habla de posibles inversiones en
la duplicación de la central de Krško en Eslovenia, a dos pasos de
Italia, zona de gran riesgo sísmico. En Cernadova, Rumanía, desde el
2000 hasta hoy, varios han sido los incidentes provocados por la
estupidez de Ansaldo durante la construcción de una de sus centrales.
¿Cuántas vidas rotas? ¿Cuánta sangre derramada? Tecnócratas de Ansaldo y
de Finmeccanica de sonrisa fácil, de conciencia “limpia”, vuestro
“progreso” apesta a carroña, la muerte que sembráis en el mundo clama
venganza. Hay muchas formas de oponerse concretamente a la nuclear,
bloqueos de trenes que transportan residuos, sabotajes a las torres de
alta tensión que llevan la electricidad producida por el átomo. A mí me
pasa por la cabeza golpear al mayor responsable de esta masacre en
Italia: Roberto Adinolfi, administrador delegado de Ansaldo Nucleare.
Tardé poco en averiguar dónde vivía, cinco vigilancias bastaron. No hace
falta una estructura militar, una asociación subversiva o una banda
armada para golpear, cualquiera armadx con una fuerte voluntad puede
pensar lo impensable y actuar en consecuencia. Lo habría hecho todo
solo, por desgracia, necesitaba ayuda para la moto, le pregunté a
Nicola, apelé a su amistad, no se echó atrás. La pistola la compré en el
mercado negro, trescientos euros. No sirven infraestructuras
clandestinas o grandes capitales para armarse. Salimos en coche desde
Turín la noche anterior. Todo fue sobre ruedas o casi, Nicola conducía,
yo golpeé exactamente donde habíamos decidido golpear. Un golpe preciso,
corrí hacia la moto y, luego, lo inesperado, el grito lleno de rabia de
Adinolfi, la frase gritada que me inmovilizó haciéndome perder
preciosos segundos: “¡bastardos!… ¡sé quién os manda!” En ese preciso
momento, tuve la seguridad absoluta de haber dado en el blanco,
plenamente consciente del estercolero en el que había metido las manos;
intereses millonarios, finanzas internacionales, la política y el poder,
fango y estiércol. Esos segundos “robados” le permitieron a Adinolfi
leer parte de la matrícula que, por inexperiencia, no habíamos cubierto.
Gracias a esos números, llegaron a la moto y de la moto, a la cámara.
Obviamente, no bastará la condena de este tribunal para hacer de
nosotros los malos terroristas y de Adinolfi y Finmeccanica, los
benefactores de la humanidad. Ha llegado el momento del gran rechazo, el
rechazo hecho de la pluralidad de resistencias, cada una de las cuales
es un caso especial; algunas son posibles, necesarias, improbables;
otras son espontáneas, salvajes, solitarias, concertadas, incontenibles o
violentas. La nuestra era solitaria y violenta. ¿Valió la pena el
esfuerzo? ¡Sí! Aunque sólo fuera por la alegría que sentimos al saber de
la sonrisa desafiante que Olga Ekonomidou, valiente hermana de la
Conspiración de Células del Fuego, en una celda de aislamiento de una
prisión griega, que tras la noticia de nuestra acción lanzó a la cara de
sus carceleros. Soy feliz de ser quien soy, un hombre libre, aunque
“momentáneamente” encadenado. No puedo lamentarme demasiado dado que la
gran mayoría de la “gente” las cadenas las tienen firmemente plantadas
en el cerebro. En mi vida siempre he tratado de hacer lo que consideraba
justo y nunca lo que convenía. Las medias tintas nunca me han
convencido. He amado mucho. He odiado mucho. Precisamente por eso, no me
rendiré a vuestros barrotes, uniformes, armas. Me tendréis siempre como
un irreductible y fiero enemigo. No estoy solo. Lxs anarquistas nunca
están solxs, solitarixs a veces, pero nunca solxs. Miles de proyectos en
la cabeza, una esperanza en el corazón que continúa viviendo cada vez
más fuerte y siempre más compartida; perspectiva concreta que ”
arriesga” para cambiar la cara de la anarquía en el mundo. Derrumbes
pequeños y grandes que un día desencadenarán en un cataclismo, se
necesitará tiempo, no importa, por ahora disfruto del terremoto
desencadenado en mí por todas estas ganas de alegrarme y luchar.
Termino con una cita de Martino (nombre usado por Marco Camenisch
cuando estuvo fugitivo), guerrero que nunca se ha doblegado, por su
profundo amor por la vida desde que lleva más de veinte años prisionero,
recluido hoy en una aséptica cárcel suiza, hago mías estas palabras
suyas:
… el coraje de pensar las cosas hasta el fondo, transgredir la
prohibición de la policía tecnológica de lo “imposible “, o lo
“inconcebible”, pensar otra cosa y de otra manera actuando en
consecuencia. Solo esto nos puede conducir fuera de la tibia mezcla
tóxica de la modernidad a lugares donde nada ni nadie nos guiará al
lugar sin seguridades, al lugar de la responsabilidad en primera persona
para la no sumisión con todas sus consecuencias. La libertad es dura y
peligrosa, y no hay vida sin la muerte. Por miedo a la vida, a menudo,
nos resignamos, en esclavitud, a la aniquilación.
Muerte a la civilización
Muerte a la sociedad tecnológica
Larga vida a las CCF
Larga vida a la FAI/FRI
¡Viva la internacional negra!
¡Viva la anarquía!
Alfredo Cospito
EXTRAIDO DE CONTRA INFO
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